miércoles, 16 de abril de 2008
La lectura y el sentido de la vista
¿Con frecuencia algunas personas te preguntan a ti que eres lector asiduo, si ya leíste todos esos libros de los que hablas o que ven en tus libreros?
A mí sí, y será que tanto les recomiendo leer sobre todo a mis jóvenes estudiantes y tanto disfruto narrarles un fragmento de alguna obra para que por curiosidad vayan y lo lean por sí mismos, que seguramente no se explican cómo lo hago cuando a veces ellos me externan que no se sienten atraídos por lectura alguna y que más bien los libros les provocan sueño. En otros casos, asumo que quien se acerca con tanta curiosidad a saber cómo hago para leer y recordar, desearían poder hacer lo mismo y no han encontrado la fórmula. Ya en otra entrada de este blog he hablado y expuesto lo que considero que sucede con los que tenemos como misión la promoción de la lectura.
He cometido imprudencias en ocasiones, confesándoles que muchas veces desobedecí a mi papá que no me permitía el acceso a ciertos libros sino hasta que él los leyera y considerara que eran aptos para mí. Por supuesto que la mayoría me los prohibía, porque aunque yo le contara que amigas mías ya los habían leído con permiso de sus padres, para él resultaban una ofensa y un peligro que pudiera desviar mi formación como joven decente, educada y cristiana. Sin embargo,en la mayoría de los casos no seguí sus recomendaciones, sino que me fijaba en qué lugar guardaba el libro prohibido y en el primer descuido de su parte o mientras él estaba fuera de casa trabajando, extraía el texto del escondite y me lo leía con más ganas y si no lo terminaba ese mismo día o por la noche a escondidas, depositaba el objeto prohibido donde él lo había puesto y en cuanto tenía oportunidad, lo tomaba y seguía la lectura hasta terminar.
Se rió a carcajadas cuando ya pasados muchos años y quedándole a él pocos meses para partir de este mundo, le conté de mis fechorías, desobediencias y experiencias no sólo con los libros, sino a los lugares hasta donde fui capaz de ir en patines o en bicicleta y mis padres ni se enteraban.
"O sea"_ me dicen mis estudiantes, que tú te hiciste aficionada a la lectura por desobedecer o por llevar la contraria? No sé, tal vez de todas maneras hubiera leído sin la prohibición, pero lo que sí siento mucho es que por ese motivo haya pasado mucho tiempo casi en la penumbra enterándome de tantas e interesantes historias que prácticamente devoraba.
Por si fuera poco, mis estudios universitarios y el tipo de trabajo que desempeñé por varios años en el departamento de documentación de ANUIES en donde leía de 8 a 3 de la tarde documentos sobre educación desde una casa adaptada como oficina en un lugar muy bonito de la colonia San Ángel de la ciudad de México, pero que no tenía más iluminación que la artificial, me llevaron directamente con el especialista que me recetó mis primeros lentes después de la terrible experiencia de que me dilatara la pupila y sintiera que así me quedaría por siempre. Después como docente y además de español y literatura, tuve que aumentar a mis lecturas por gusto, las lecturas por obligación de cientos de trabajos escolares, así como sigo haciendo hasta el día de hoy.
_ Por eso tengo tan buena vista_ me repiten personas cercanas que se supone que por su edad deberían estar usando lentes potentes. _ Tal vez sea ignorante_ me recalcan, pero mis ojos me responden muy bien._ Te dije que no leyeras tanto cuando estabas embarazada o recién parida_ me recuerdan.
En una de las lecturas que hacía hace tiempo encontré sin querer un artículo de divulgación en el que justifican los argumentos que enumeré en el párrafo anterior. No recuerdo en qué revista fue que lo leí, pero en cuanto tenga el dato, se los voy a compartir. Dicho texto concluía que los ojos humanos no fueron diseñados para leer y ser cultos, porque llega un momento que el ejercicio que supone la lectura, daña el tan preciado sentido de la vista, ¿lo pueden creer?
He sabido de cierta gimnasia para los ojos que ayuda a eliminar la dependencia a los anteojos y he sabido que sí funciona. Me encontré un artículo muy interesante en el que un doctor especialista comparte algunos trucos, ejercicios y recomendaciones para mejorar la vista, vale la pena que lo visiten, tal vez puedan quitarse de una vez por todas los molestos lentes para siempre, puede ser. Vayan sin dudar a la siguiente dirección y me dicen si les funcionó, ¿de acuerdo? Masgraw. Ejercicios para mejorar la visión, consultado en: http://www.masgrau.net/?q=ca/node/49
Etiquetas:literatura, traducciones, susana navarro
Hábito por la lectura Gusto por la lectura Problemas de la vista
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2 comentarios:
Sí se desgasta la vista, pero bien vale la pena. He sabido de cierta gimnasia de ojos, será la misma? voy al link a ver si puedo dejar los anteojos de una vez. Hiciste bien en hacer las lecturas prohibidas como comida del paraiso terrenal, no creo capaz a tu padre de haber leido algo totalmente dañino si asi era como pensaba.
Claro, no recuerdo haber leído nada que mi padre me prohibiera y fuera realmente nocivo. No he probado nunca la gimnasia visual pero lo que son los lentes, a mí me parecen un fastidio y aún más cuando me doy cuenta de que dependo tanto de ellos, pues no leo nada si no los uso. Ni hablar, por leer tanto, dirían mis alumnos.
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