Hoy se celebra el logro por los derechos de los niños y hoy mismo es que podemos verificar que más de 40 millones de niños no gozan del privilegio de vivir plenamente como niños, pues se les ha exigido el trabajo a base de explotación para contribuir a la economía familiar.
El supermercado está repleto de juguetes y golosinas advirtiéndonos que no podemos pasar por alto el día de los pequeños y que hay que complacerlos una vez más con distintos caprichos que se merecen, pues al fin y al cabo son los reyes del hogar. Mientras, alcanzo a leer en la portada de una revista muy realista, que Afganistán está considerado el país en donde más mal lo pasan los infantes y que más les valdría no nacer si a eso llegaran al mundo. Me siento dolida, preocupada y más triste al comprobar que no solo los países más pobres que México le exigen a sus niños la renuncia a los mínimos derechos que solo por haber nacido tienen y que la UNICEF ha declarado y por lo visto, muchos países han ignorado.
Desde aquí va mi reflexión y me uno a quienes a través de la palabra y las imágenes en periódicos y otros tipos de medios han divulgado una vez más la realidad de la niñez en el mundo, por dura que sea.
¿En qué podemos contribuir?, ¿cómo contrarrestar la serie de abusos y explotaciones que al ignorar u olvidar estamos permitiendo contra los niños? ¿qué deben hacer los niños para darse el lujo de vivir como niños mientras les llega la adultez?
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