domingo, 24 de junio de 2007

La palabra de hoy


Les cuento que desde hace ya varios años me suscribí a un boletín que llega a diario directamente a mi correo electrónico. Se trata de La palabra del día que depende de una página muy buena en la que he podido resolver diversas dudas con respecto a la lengua que hablamos, el castellano http://www.elcastellano.org/.



Les paso el enlace para que no dejen de ir a visitar el sitio, es muy bueno. La autoría del boletín con la historia de las palabras es de Ricardo Soca, miembro de la Asociación Cultural Antonio de Nebrija. www.antoniodenebrija.org

Les comparto algunas historias de palabras muy conocidas y otras no tanto.
JUNIO.- Así se le llamó al sexto mes del año en honor a la diosa Juno, Hera para los griegos. Para los romanos Juno era esposa de Júpiter y reina en el Olimpo y protegía a las mujeres
TURIFERARIO.- ¿También se quedaron como yo dudando y calculando su significado? Así se le llama a la persona - acólito que lleva el incensario. Proviene este vocablo, según La palabra del día del griego thyen (agitarse, humear) y de thyos (ofrenda, incienso). Al latín llegó como turis (incienso), a partir de la cual se formó turiferario, con el añadido del elemento compositivo -foro, del latín fero (llevar, portar), tomado del griego phoréin, con el mismo significado. El más famoso de los turíbulos es el de Santiago de Compostela, llamado Botafumeiro, de botar (arrojar) y fumo (humo).
BACHILLER- BACHILLERATO.- Durante la Edad Media, los graduandos de universidades en Europa ataban alrededor de su cabeza una corona de laureles que se adornaban con bayas. Esta fruta en francés adoptó la forma baie y éste del latín baca, mientras que laurel se derivó del latin laurus. Uniendo baca y laurus es que se formó el vocablo latín bacalarius, usada en el siglo IX para nombrar a los graduados. En Francia les llamaban bachelor, ver Canción de Rolando (1080) y después, bachelier (bachiller), mientras que el título al que se hacían merecedores se llamaba baccalauréat y que llegó al castellano como bachillerato.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy interesante tu espacio, coincidentalmente estoy tabajando en un proyecto que se relaciona con "bloggers" .
Me dio gusto ver tu foto y espero te encuentres bien. Te dejo los detalles de mi espacio www.venyhabla.com
para que lo visites y dejes un poco del buen Español que caracteriza tus notas... Recibe un beso y un abrazo

Susana Navarro dijo...

Hola, Felipe. Qué gusto saber que has entrado a mi blog y como siempre, tus comentarios son muy bien recibidos. Iré a visitar tu espacio y dejaré más de alguna vez notitas, pues siempre hay tanto que decir. Recibe también abrazos y besos.

Susana Navarro dijo...

Y siguiendo con lo que da origen a esta entrada, me he encontrado con palabras cuyo origen me ha parecido curioso, así es que se las comparto.
INOCENTE.- Este adjetivo en su acepción actual se usa para designar a aquellos que están libres de culpa y a las personas cándidas, o sea, sin malicia. En el diccionario de la RAE, según etimología, “que no causa daño”. La palabra en español se deriva del latin 'innocens, ntis' (que no perjudica), que se formó con 'nocere' (dañar, perjudicar), precedido por el prefijo in-
Según sus raíces etimológicas, inocente se vincula a nocivo, que también procede de 'nocere', a través de 'nocivus'. Otra palabra que se familiariza etimológicamente con ellas es inocuo, del latin 'innocuus' (que no hace daño).
Todos los términos antes mencionados tienen como raíz común la indoeuropea nek-, de la cual procede la palabra en latín 'nex' (muerte violenta) y el prefijo 'necro' (muerte), que encontramos en necrología y otras.
Para los católicos, el 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, recordando a los recién nacidos que fueron degollados por parte de Herodes, con la intención de matar a Jesús niño.

Qué me cuentas...
¿Te consideras sanguíneo,
flemático, colérico o melancólico? He aquí el origen de esta clasificación en la que supuestamente cabemos todos. A ver chécate.

ATRABILARIO.- Desde que Galeno e Hipócrates clasificaron el carácter y temperamento humano, su tesis se usó frecuentemente en los círculos científicos hasta la Edad Media. Los humores en que se basaba esta creencia eran: sangre (en latín 'sanguinis'),flema (en griego y en latín 'phlegma'),bilis amarilla (en griego 'kholé') y
bilis negra (en griego, 'melan kholé' y en latín, 'atra bilis').
El temperamento sanguíneo es el del sujeto que reacciona en forma rápida y enérgica, cuyo humor dominante es la sangre; el flemático es el sujeto tranquilo, que reacciona en forma lenta y cuyo humor dominante son las flemas y otras secreciones mucosas; el colérico es el individuo definido por el
predominio de la bilis amarilla o 'kholé' y el melancólico es aquel en que predomina la bilis negra o 'melan kholé', dado a la tristeza y a la meditación.
Vemos pues cómo de estos cuatro humores surgieron cuatro palabras que hasta hoy definen en nuestra lengua temperamentos o estados de ánimo: sanguíneo,flemático, colérico y melancólico.
Una quinta palabra, surgida de la idea de 'bilis negra' es atrabiliario, que nació del nombre en latín de ese humor, la 'atra bilis'. Atrabiliario debería ser pues, por su etimología, un sinónimo de melancólico, pero por alguna razón su sentido evolucionó para definir un 'sujeto destemplado y violento'.

Unknown dijo...

Saludos estimada Susana y amantes del aprender!

La página (o la iniciativa) la conocía hace un tiempo, es de hecho, muy interesante. Me quedé pensando en el turiferario. El término me era cercano, ya que he sido sacristán de la catedral San Marcos de Arica (donde vivo), aunque me llamó la atención que se refieran a la persona que lo lleva (acólito) y no al objeto como tal (que antes le llamaba simplemente incensario.
Otra reflexión respecto al mismo tema, era la palabra "alumno". Escuché una plática de egresados en Lengua Castellana y decían que etimológicamente hablando, había un concepto de "sin luz"; Revisando RAE encuentro algo totalmente distinto, aunque claro, no digo que sea "EL" lugar para conocer la verdad de las verdades. Este último tema me interesa, ya que actualmente prefiero hablar de estudiantes o participantes educativos en vez del trillado "alumnos".

saludos!

AleMamá dijo...

Desde que recuerdo que soy fanática del idioma. También estoy suscrita hace ya varios años a esa entrega diaria salvo breves saltos de tiempo sin ella.

Por donde quiera que esté ando y tengo diccionarios, el de la RAE, por lo general y ahora el Buscón de la RAE también, y me da los significados en un apretar de botones y pongo muchos enlaces a las palabras menos conocidas o para precisar lo que quiero decir.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Muy interesante saber llamar a los objetos por su nombre y en el sentido correcto, alguna vez fui monaguillo tambien pero no recuerdo mucho de la forma en que llamaban los utensilios. Solo que una ocasion quedeme dormido durante el sermon del cura. Tremendo coscacho que me lleve del sacristan asistente.

Susana Navarro dijo...

Ja ja, ya me imagino. He visto niños que se quedan dormidos durante la misa también yo. Hace mucho tiempo que en mi ciudad no aparecen los monaguillos y en su lugar, son adultos que ayudan con las lecturas, a acercarle lo necesario al sacerdote y otros más que recogen la colecta. Otras personas llamadas ministros de la eucaristía, igual que el padre, dan la comunión. Los tiempos han cambiado y en eso participan tanto hombres como mujeres, es algo que ha llamado mi atención.